El universo paralelo de los «Lobos» de Milei

Mientras la crisis vuelve a tomar impulso con números malos en agosto y septiembre, el Gobierno entró en una dinámica de refugio en un universo paralelo que sorprende por la desconexión con la realidad y hechos puntuales casi inexplicables. Como nunca desde que Javier Milei es Presidente, la abstracción social del Ejecutivo pone en duda, además, la definición del modelo a futuro. Una sensación que inquieta al Círculo Rojo, que hasta empezó a quejarse de la gestualidad de conflicto permanente e insultos a diferentes actores de la sociedad. 

Esta semana fue particularmente curiosa por varios acontecimientos. El primero, con aval de la Casa Rosada, el jefe de Asesor Económicos de Milei, Demian Axel Reidel, viajó a Estados Unidos en un periplo en el que visitó la NASA. «Hoy, reunión en la sede central de la NASA (el sueño de todo nerd)», escribió «Satanás» -tal su apodo-, en su cuenta de X. En días en los que en Argentina se debatían los niveles récord de pobreza, Reidel y Milei chateaban sobre planes espaciales para Argentina. La conversación de ambos, a decir verdad, siempre fue una especie de cono del silencio: el primer proyecto que le acercó Reidel, un ex JP Morgan, al presidente, fue el de transformar el país en un polo de Inteligencia Artificial, pero libre de impuestos. Hasta le dijo que la reforma del Estado se podía hacer con un software de Google. Ahora va por ideas espaciales. 

Reidel, rápido para percibir dónde está el poder, como todo banquero especulativo, se relacionó ya en primera instancia con Karina Milei. El personaje en cuestión responde a Sturzenegger y es un convertido al libertarianismo, como buena parte del equipo de Luis Caputo. Precisamente, de las oficinas de Hacienda salió, en estos días, otro de los hechos que muestran al presidente fuera de registro. Un ladero de Caputo sugirió que era una buena idea llevar a la Casa Rosada a Jordan Belfort. Conocido globalmente por la película «El Lobo de Wall Street», Belfort es, básicamente, un estafador que pagó con pena sus delitos económicos. Timó a más de 1500 personas con estafas con títulos y dinero negro, y en el film se lo muestra haciendo el trabajo que, antes de estar en el Gobierno, hicieron buena parte de los ex banqueros y funcionarios del Morgan, Goldman Sachs y Deustche Bank. 

La esposa de Belfort, la modelo Cristina Invernizzi, es argentina y fue quien lo introdujo en el mundo Milei y lo acompañó a la Casa Rosada, donde se sacó una foto «pulgares arriba» con el Presidente. «De Wall Street a la Casa Rosada! Un honor encontrarme con el Presidente Milei. Dos apasionados defensores del libre mercado y la libertad individual. El futuro es brillante para Argentina», escribió el «Lobo» en su cuentan de X. El mensaje en sí desconcierta, pero más lo es que nadie en La Rosada advirtiera la inconveniencia de una foto con un personaje así. Tampoco lo hicieron cuando, el mismo día del índice de pobreza, Milei salió al balcón de la Balcarce 50, entre risas, con Susana Giménez. 

El relato se refuerza, la inversión cae

Esta ficción paralela a la crisis, un mundo aparte en el que conviven Milei y los propios, tiene en Hacienda una parte fundamental. Días atrás, se bajó línea desde la Rosada de salir a cruzar a todos los «econochantas», tal la descripción que hace Milei de aquellos que lo critican. La primera espada para eso es Felipe Núñez, director del banco BICE y conductor del streaming de Hacienda. Esta semana, le tocó incluso al histórico economista radical Pablo Gerchunoff, que se animó a decir que «el problema que me sugiere la cuestión universitaria es que el déficit cero hecho a los hachazos es una mala política que reemplaza malamente al plan de estabilización que el Gobierno no tiene». Núñez, un joven osado con pasado de Casa de Bolsa porteña, le cuesta al Estado varios millones de pesos y su función central es cruzar gente en redes sociales. «Plan de estabilización para este chanta es juntarse en una con la Iglesia, los sindicatos, los empresarios y controlar precios», le respondió a Gerchunoff. 

Más allá de los intentos, la mátrix tiene errores y se le cuelan visos de realidad. Ariel Sbdar, director de la gestoría de dineros Cocos Capital, que tiene al empresarios energético Marcelo Mindlin como uno de sus principales inversores, sintetizó en un mensaje en X casi todos los problemas del Gobierno. Sbdar es cercano a los libertarios, pero escribió que «todo buenísimo con el Lobo de Wall Street hablando del futuro de Argentina. Todo muy lindo con Elon Musk recomendando invertir acá. Pero hermano, pongan un mango, compren unos AL30, abran una cafetería de autor, algo, loko!. Todo de pico». Lo que a él lo inquieta, se ve en cifras. 

El ex socio de Milei y economista liberal Diego Giacomini, hizo una cuenta interesante: mostró que, tomados, los primeros 9 meses del nuevo gobierno, la economía libertaria presenta los peores números de inversión de las últimas 6 presidencias. Es de 13,5 del PBI con Milei, habiendo sido del 14,9 con Alberto Fernández, del 14,3 con Macri, del 15,9 en el segundo gobierno de Cristina Fernández, del 17,1 en el primero de CFK y del 17,8 en el de Néstor Kirchner

La Embajada y el agro vs. Mondino y Pazo

El miércoles último, la Bolsa de Cereales armó un almuerzo con Juan Pazo, el encargado de industria y agro de Caputo, y la canciller Diana Mondino. Fueron invitados, además, integrantes de la Embajada de Estados Unidos. En ese mitín se vio bien el contraste de mundos. «En 2025 va a haber un flujo natural de divisas, superávit comercial y una recuperación económica fuerte», planteó Mondino, y hasta se animó a decir que «seamos realistas, ya no hay cepo, lo estamos sacando». Mientras tanto, las «águilas» escuchaban y tomaban nota sin hacer comentarios. La canciller intentó llevar calma, pero los empresarios le dijeron que ven un escenario exactamente opuesto. 

Contaron que hoy, Caputo, más allá de que se quejen en el Gobierno, está siendo salvado por el aumento en el flujo de divisas del agro, que pasó de 1700 millones a 2400 millones en septiembre. Y que eso pesa más que el blanqueo. Pero pusieron el alerta para lo que viene: los presentes dijeron que en el 25 ven déficit comercial, una suba de las importaciones y más presión sobre el dólar. También explicaron que «va a haber una recesión enorme y sin capacidad del BCRA de subir reservas». Y que esto redundará en planes de reducción de personal de las empresas. Sin contar el atraso cambiario y sus efectos: hoy, según fuentes de la industria semillera, hay caídas de hasta 40 por ciento en la venta de semillas de maíz y soja, lo que advierte sobre siembra baja. 

Le creyeron poco a Mondino sobre el diagnóstico oficial, pero no son los únicos que desconfían de ella. La semana próxima, la canciller viajará a La India con empresarios argentinos que tienen intereses en esa potencia BRICS. La novedad es que los popes de CILFA, la cámara de laboratorios nacionales, pidieron subirse en el vuelo. Quieren evitar que el Gobierno haga un acuerdo de importación de remedios a sus espaldas, mismo negocio que Sturzenegger le habilitó esta semana al gobernador de Mendoza, Alfredo Cornejo. 

AEA y un curioso llamado de atención

«Los medios constituyen un reaseguro indispensable para garantizar la circulación de la información plural y diversa, y el derecho de los ciudadanos a estar informados», se sacó la modorra la Asociación Empresaria Argentina (AEA), con un comunicado contra Milei por los ataques a la prensa. Naturalmente, aceleró los plazos la crítica a La Nación, dado que Julio César Saguier es integrante de la mesa chica de la cámara en la que mandan Clarín, Techint y Arcor

A coro, salió la Asociación Cristiana de Dirigentes de Empresas (ACDE), uno de los polos empresarios más mileístas. En un comunicado precisaron que bancan el ajuste, pero que «ese debate debe ser promovido en el marco del respeto, la persuasión y el pluralismo necesario». Piden, además, promover «el respeto y la escucha». 

Ambos envíos son una rareza. Hasta ahora, ni AEA ni ACDE hablaron de la crisis de Milei, pero sí bancaron el plan de ajuste y transferencia de ingresos. Este diario preguntó, en ambos lugares, por qué entonces saltan ante los insultos presidenciales a la prensa. «Porque nos parece que anida el peligro de la crisis político, de la guerra sin fin con sectores», dijeron. En síntesis, observan que la violencia presidencial, sumada a la incapacidad de gestión y los planes de ajuste sin miramientos, podrían ser un cóctel de un mal fin para el plan económico que las empresas aún abrazan con bastantes ganas

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