Lucille Levy, alias Lula, la candidata a legisladora porteña por Evolución, la denominación de la Unión Cívica Radical (UCR), continúa su campaña con dos ejes: el contacto con los vecinos, como lo hizo ayer en la esquina de San Juan y Boedo, y la necesidad de diferenciarse de los otros candidatos, con fuertes críticas a todos.
En el partido dicen que con la postulación de Levy “se están jugando una patriada” y que sería todo un éxito que lograra ingresar al Parlamento porteño, siendo una cara desconocida para la política tradicional y en medio de una campaña que ya tiene un carácter nacional y jugadores de renombre. ¿Un piso de votos? Al menos, 50 mil.
La competidora necesita diferenciarse para no perder nitidez ante sus oponentes
Esto no les gusta a los autoritarios
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Bajo ese contexto, la cara del radicalismo, de profesión contadora y extitular de la Federación Universitaria de Buenos Aires (FUBA), del riñón de Martín Lousteau, se encarga de brindar una catarata de propuestas, con eje en la educación pública y los alquileres. Al mismo tiempo, reparte cuestionamientos a los principales dirigentes que compiten en la elección: de Manuel Adorni, el postulante de La Libertad Avanza, señala que su único plan pasa por la motosierra.
Del PRO, señala que “no atiende los problemas de los porteños pero sobre todo de los jóvenes”. Y se encargó de mostrar en sus redes sociales los distintos inconvenientes que posee la Ciudad, como la acumulación de basura en las esquinas de los barrios. Mientras que de Horacio Rodríguez Larreta remarca que “es un regreso al pasado” y le pega a Leandro Santoro, la cara de Ahora Buenos Aires. “Fue asesor de Alberto Fernández, con eso digo todo de él”. Incluso, la candidata lanzó una serie de flyers por redes sociales para cuestionar a todos los mencionados. “Los protagonistas no trabajan para los vecinos sino que actúan en función de arreglos y ambiciones personales”.