DOGE, el plan de Donald Trump y Elon Musk para achicar el Estado, cumple 100 días: cómo le fue al proyecto

“DOGE no es un ejercicio serio”, afirmó Jessica Riedl, investigadora del Manhattan Institute, un think tank fiscalmente conservador que apoya la reducción del tamaño del gobierno. Calcula que DOGE ha ahorrado apenas 5.000 millones de dólares hasta la fecha y cree que terminará costando más de lo que ahorra.

Los ejemplos —hasta ahora no reportados— abarcan 14 agencias gubernamentales y fueron relatados en entrevistas de Reuters con tres docenas de empleados federales, representantes sindicales y expertos en gobernanza.

Aunque estos testimonios no pintan un panorama completo del proyecto del Departamento de Eficiencia Gubernamental encabezado por Musk para reducir drásticamente el costo y tamaño del aparato estatal, sí revelan daños colaterales derivados del esfuerzo por hacer más eficiente a la extensa burocracia federal.

Consultado por los efectos de los recortes de DOGE sobre la eficiencia gubernamental, el portavoz de la Casa Blanca, Harrison Fields, afirmó que el equipo de Musk “ya ha modernizado la tecnología del gobierno, evitado fraudes, simplificado procesos e identificado miles de millones de dólares en ahorros para los contribuyentes estadounidenses”.

Ahorrar miles de millones

Musk confirmó el martes que el próximo mes dejará su rol al frente de DOGE. Su mandato de 130 días como empleado especial del gobierno finalizará a fines de mayo. Dijo que seguirá ayudando a Trump a reformar el gobierno, pero no a tiempo completo. Su retiro deja en duda el futuro de DOGE, aunque expertos creen que los recortes continuarán.

Hasta ahora, Musk y su equipo han presentado poca evidencia concreta de que el gobierno esté funcionando de forma más eficiente como resultado de despidos masivos y contratos rescindidos.

Los equipos de DOGE, que se han infiltrado en múltiples agencias gubernamentales y sistemas informáticos, operan con gran secretismo, según decenas de funcionarios.

El sitio web de DOGE, que publica actualizaciones sobre los supuestos ahorros generados —160.000 millones de dólares a la fecha—, ha estado plagado de errores y correcciones.

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A cien días de su implementación, el plan DOGE impulsado por Trump y Musk ha generado más disfunciones y recortes traumáticos que mejoras comprobables en la eficiencia del Estado.

La Casa Blanca ofreció ejemplos de ahorros, entre ellos: el descubrimiento de más de 630 millones de dólares en préstamos fraudulentos otorgados por la Agencia de Pequeños Negocios a personas mayores de 115 años o menores de 11 entre 2020 y 2021; 382 millones de dólares en pagos fraudulentos por desempleo detectados por el Departamento de Trabajo desde 2020; y el recorte de 18 millones de dólares en alquileres al reubicar personal de la Agencia de Protección Ambiental fuera de un edificio en Washington. Reuters no pudo verificar de forma independiente esas cifras.

DOGE no respondió a las solicitudes de comentarios. En una entrevista con Bret Baier, de Fox News, el 27 de marzo, Musk dijo que su equipo realiza los recortes con cuidado, admite errores y los corrige, y ha descubierto “cantidades asombrosas” de despilfarro y fraude.

La cruzada de DOGE

En su cruzada por reducir costos, DOGE asegura haber cancelado casi 500.000 tarjetas de crédito del gobierno. También ha impuesto un límite de gasto de 1 dólar a muchas otras, y centralizado la toma de decisiones en las sedes centrales de algunas agencias. Esto significa que los gerentes en oficinas regionales no pueden comprar suministros básicos.

En un centro del Instituto Nacional para la Seguridad y Salud Ocupacional, a un científico le tomó un mes conseguir autorización para comprar 200 dólares en hielo seco necesario para preservar muestras de orina, una compra que usualmente se realiza en un supermercado local. Como muchos empleados ya no pueden realizar compras, un colega de otra oficina regional que aún tenía tarjeta del gobierno pagó el hielo seco, pero tuvo que enviarlo al laboratorio, con un costo adicional de 100 dólares, según una fuente.

Los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC), que supervisan el instituto, no respondieron a la solicitud de comentarios.

DOGE y la Casa Blanca también han prohibido a muchas agencias comunicarse con proveedores externos, paralizando miles de contratos federales.

Una víctima de esa prohibición: un instrumento de análisis químico de casi medio millón de dólares en un centro de los CDC en Cincinnati, que lleva meses sin uso porque los científicos no pueden coordinar una capacitación con el proveedor, según una fuente.

En la SSA, durante un periodo de cuatro días en la primera semana de marzo, los sistemas informáticos colapsaron 10 veces. Como una cuarta parte del personal de TI fue despedido o renunció, se tarda más en restablecer el sistema, lo que interrumpe el procesamiento de solicitudes, dijo un trabajador del área técnica.

Pocos niegan que los sistemas informáticos de la SSA son obsoletos, suelen colapsar y necesitan actualización. Musk dijo a Baier que los sistemas “están fallando” y que “los estamos arreglando”.

Chau ayuda humanitaria

Desde su creación en el primer día de Trump en la Casa Blanca, DOGE prácticamente ha desmantelado la Agencia de EE.UU. para el Desarrollo Internacional (USAID), que brinda ayuda humanitaria a nivel global, cancelando más del 80 % de sus programas. Casi todos los empleados de la agencia serán despedidos en septiembre, y todas sus oficinas en el extranjero cerrarán, con algunas funciones absorbidas por el Departamento de Estado.

A nivel doméstico, la reforma del gobierno ha resultado en el despido, renuncia o retiro anticipado de 260.000 empleados públicos, según un recuento de Reuters.

Más de 20.000 empleados en período de prueba —recién contratados o reasignados— fueron despedidos en febrero. Tras fallos judiciales, fueron reincorporados pero enviados a casa con salario completo. Ahora, la mayoría está siendo despedida nuevamente tras nuevas resoluciones judiciales.

Trump y Musk han dicho que el gobierno está plagado de fraude y despilfarro. Pocos funcionarios y expertos lo niegan, pero señalan que ya hay personas dentro de la burocracia que trabajan para ahorrar dinero al contribuyente. Aun así, algunas de estas oficinas han sido blanco de los recortes de DOGE.

En enero, Trump despidió a 17 inspectores generales, cuya función es precisamente la de actuar como auditores internos para detectar ineficiencias y fraudes.

Christi Grimm, despedida como inspectora general del Departamento de Salud y Servicios Humanos, dijo a Reuters que había identificado 14.500 millones de dólares para recuperación potencial —“dinero contante y sonante que se esperaba regresara al Tesoro”— gracias a auditorías e investigaciones.

El mes pasado, DOGE eliminó una de las pocas unidades gubernamentales dedicadas a mejorar la tecnología en el sector público: un equipo de 90 miembros conocido como 18F.

Waldo Jaquith, quien trabajó en 18F entre 2016 y 2020, dijo que el equipo ahorró al Pentágono 500 millones de dólares en solo tres días tras descubrir que dos departamentos estaban haciendo el mismo trabajo sin saberlo.

Reuters no pudo verificar ese dato de forma independiente.

“18F funcionaba exactamente como Musk y su equipo dicen que quieren que funcione el gobierno. Pero cuando lo encontraron, lo destruyeron”, dijo Jaquith.

Thomas Shedd, un funcionario designado por Trump en la Administración de Servicios Generales, calificó a 18F como “no crítico” en un correo al personal el mes pasado.

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