La interna entre el presidente Javier Milei y su vicepresidenta Victoria Villarruel ha escalado a niveles inéditos en la política argentina reciente. Lo que comenzó como una diferencia institucional se transformó en una disputa personal que amenaza con fracturar el núcleo del poder libertario.
En este contexto, el jefe de Gabinete, Guillermo Francos, se convirtió en una voz clave al exponer públicamente el trasfondo del conflicto y admitir que ve difícil una reconciliación entre ambos líderes. El punto de quiebre se produjo cuando Victoria Villarruel presidió una sesión en el Senado que terminó aprobando el paquete previsional, una iniciativa que Javier Milei consideró perjudicial para el equilibrio fiscal.
Aunque la vicepresidenta se retiró del recinto cuando el bloque oficialista calificó la sesión como ilegítima, su presencia inicial fue interpretada por Milei como una traición política. Francos explicó que el presidente recibió información que lo llevó a percibir una traición por parte de Villarruel y que actuó en consecuencia.
“Es un tema que viene de antes, no de ahora”, sostuvo el jefe de ministros, dejando entrever que las tensiones entre ambos no son nuevas. La tensión escaló rápidamente en redes sociales. Milei compartió mensajes que calificaban a Villarruel de “demagoga”, “bruta” y “traidora”, mientras que la vicepresidenta respondió desde su cuenta de Instagram, defendiendo su accionar en la Cámara alta y cuestionando los gastos del Ejecutivo: “Que ahorre en viajes y en la SIDE y listo”, escribió.
Francos recogió el guante y respondió: “El cálculo que hace Villarruel sobre los gastos de los viajes de Milei o de la SIDE no tiene ninguna relación económica con lo que se necesita para aumentar las jubilaciones. Debería buscar un mecanismo un poco más serio para ver cómo se solucionan estos temas. Obviamente que fue una chicana”.
Como interlocutor habitual entre Milei y distintos sectores del poder, Francos intentó bajar el tono de la confrontación. Justificó que Villarruel haya presidido la sesión por una cuestión institucional: “Si ella no entraba al recinto cuando se consiguió el quórum, la sesión la presidía Sapa. Con lo cual, ella asumió la responsabilidad de sentarse en la presidencia, pero se retiró después”.
Enfrentamiento
Sin embargo, el jefe de Gabinete fue claro al describir el estado actual del vínculo: “La relación está mal, y habría que hacer algo por mejorarla, pero me parece difícil, porque el Presidente es muy terminante en estas formas cuando siente que alguien lo traicionó”.
Francos también sugirió que el conflicto tiene raíces más profundas que lo meramente político. “Hay desentendimientos entre el Presidente y la vice, y es una cuestión de personalidades”, afirmó. Esta frase abre la puerta a una interpretación más psicológica del enfrentamiento: dos figuras fuertes, con estilos distintos, que comparten el poder pero no la visión ni la estrategia.
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