En el inicio del segundo semestre del 2025, y a solo tres meses de las elecciones legislativas, el dólar ya está corriendo más rápido que la inflación. En lo que va del año el tipo de cambio subió 25%, mientras el índice de precios proyecta cerrar julio con un acumulado del 18%.
Con estos registros, la Libertad Avanza se encamina a encarar los comicios de octubre con un escenario muy diferente al del 2024. El año pasado, el equipo económico usó al dólar como ancla y dejó que el tipo de cambio avanzara tan solo 28%, contra una inflación de 117%.
Esta vez dejó correr algo más la cotización, que tuvo una primera suba significativa con la salida del cepo en abril y ahora está atravesando la segunda fase de este reacomodamiento. Hasta ahora no se está notando un traslado a precios de esta alza de la divisa.
El dólar minorista arrancó la semana en $ 1.300, mientras el mayorista toca los $ 1.277.
En lo que va del mes las cotizaciones aumentaron 7%, contra una inflación prevista entre 1,6% y 1,8%.
Por qué sube el dólar
El dólar viene subiendo en las últimas semanas de la mano de una salto en al demanda. De hecho, el mercado siguió al pie de la letra el consejo sarcástico del ministro de Economía Luis Caputo, que el 2 de julio defendió la flotación cambiaria y embistió contra que los que advierten que el tipo de cambio se está deteriorando y eso le resta competitividad a la Argentina. «Si te parece que el el dólar está barato, comprá campeón«, soltó Caputo ante un auditorio de ejecutivos.
Desde ese día, la demanda viene en alza, empujada por la percepción de que efectivamente el dólar está barato y de que el carry trade ya no es tan atractivo. A esto se agrega el combo del aguinaldo que lleva a quienes tienen capacidad de ahorro a cambiar sus pesos por moneda dura y las vacaciones de invierno que impulsan a los viajeros a hacerse de billetes.
Además se espera que esta semana se reduzca fuertemente la oferta de dólares del campo, porque se cierra la ventana que tenían los exportadores para liquidar sus ventas con las alícuotas más bajas que rigieron hasta el 30 de junio. Si bien el alza de las retenciones a las exportaciones arrancó el 1 de julio, hasta el 30 de junio había plazo para inscribir las operaciones anticipadamente con las alícuotas viejas y liquidarlas en las primeras semanas del mes, con el 22 como último día.
«Pasado este plazo, esperamos que la liquidación del agro desacelere significativamente», señalan desde Portfolio Personal Inversiones (PPI). «Sin embargo, al haberse adelantado liquidación por la baja de retenciones transitoria, es muy posible que recorte más de lo que uno prevería por la típica estacionalidad».
«La semana pasada ya comenzamos a ver cierta desaceleración en la liquidación del agro, que totalizó US$ 154 millones el miércoles y US$ 180 millones el jueves, frente a un promedio de US$ 254 millones diarios los cinco días previos», agregan.
Con esta menor oferta el mercado debe cubrir la mayor demanda, que irá potenciándose en las próximas semanas ante la cercanía de las elecciones, un evento que impulsa históricamente la dolarización de carteras.
Frente a esto, el Gobierno ensayó varias jugadas con escaso resultado para evitar que el exceso de pesos que inundaron la plaza tras el fin de las LEFI, las letras que usaban los bancos para manejar la liquidez con un interés diario, presionaran más sobre el dólar.
Para encauzar estos 10 billones de pesos, el equipo económico volvió a reflotar los pases a un día con una tasa anual del 36%, diez puntos arriba de la tasa previa. Además, vendió letras de corto plazo (Lecap) e intervino en el mercado del dólar futuro.
Si bien esto redujo la tensión cambiaria momentáneamente, las expectativas ahora están puestas en lo que ocurra cuando se haga efectivo el menor ingreso de divisas en el mercado.