Durante la administración del expresidente demócrata Joe Biden, el Departamento de Estado de Estados Unidos autorizó más de 1,2 millones de dólares en fondos públicos para la renovación y mantenimiento de piscinas en embajadas y residencias diplomáticas ubicadas en países marcados por la guerra, la pobreza y la inestabilidad, como Irak, Sudán, Haití y Rusia.
Esta información surge de un análisis realizado por la oficina de la senadora republicana Joni Ernst (Iowa), quien ha liderado esfuerzos para fiscalizar el gasto federal a través del caucus del Senado conocido como DOGE.
Según el informe, se emitieron al menos 14 órdenes para trabajos relacionados con piscinas durante la presidencia de Biden, en siete países diferentes. Las renovaciones incluyeron desde cubiertas para piscinas hasta sistemas de deshumidificación en instalaciones diplomáticas.
La senadora Ernst criticó duramente el uso de estos recursos, afirmando que el Departamento de Estado de Biden »organizó una fiesta veraniega en la piscina con dinero del contribuyente» y que está »harta de que Washington arroje a los contribuyentes al fondo de la piscina».
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Uno de los casos más llamativos fue el de la embajada de Estados Unidos en Bagdad, donde se autorizó un gasto de aproximadamente 444.000 dólares para reemplazar el sistema de deshumidificación de la pileta interior, como parte de un contrato iniciado el 27 de septiembre de 2024.
Cabe destacar que esta embajada fue construida con un costo superior a los 750 millones de dólares y es una de las más grandes y costosas del mundo.
En Moscú, se gastaron más de 41.000 dólares en la rehabilitación de la piscina de la embajada estadounidense, en un contrato emitido el 3 de junio de 2022, tres meses después de que comenzara la invasión rusa a Ucrania.
Esta decisión ha sido criticada por realizarse en medio de un conflicto bélico en el que Estados Unidos ha invertido miles de millones de dólares en apoyo a Ucrania.
En Haití, país azotado por una crisis política y social constante, se aprobaron fondos para renovar dos piletas en instalaciones diplomáticas.
En Sudán, donde el Departamento de Estado emitió una alerta de »no viajar» debido a conflictos armados, terrorismo y secuestros, se gastaron 24.000 dólares en la instalación de una cubierta para piletas en 2021.
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En total, la revisión encontró trabajos en las piletas recreativas en cinco instalaciones de Irak, tres en Sudán, dos en Haití, y una en cada uno de los siguientes países: Rusia, Zimbabue, Ghana e Indonesia.
Algunos contratos aún no han sido ejecutados en su totalidad. Por ejemplo, una adjudicación de 173.000 dólares para una renovación en una piscina en Yakarta, Indonesia, todavía no ha sido desembolsada según los registros del gobierno, el portal oficial de seguimiento del gasto público estadounidense.
Estos gastos se producen en un contexto en que diversas voces han criticado el uso de fondos federales en lujos diplomáticos innecesarios, recordando episodios similares en administraciones demócratas anteriores, como la compra de arte costoso para embajadas bajo el mandato de Barack Obama.
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Las embajadas de Estados Unidos son financiadas a través de asignaciones del Congreso al Departamento de Estado, lo que significa que los contribuyentes financian este tipo de proyectos.
Además del informe, la senadora Ernst ha estado a la cabeza de investigaciones sobre ineficiencia y despilfarro dentro del aparato gubernamental. Asegura que los reportes del caucus DOGE han permitido ahorrar miles de millones de dólares al identificar malgasto y corrupción en diversas agencias.
En este contexto, el secretario de Estado Marco Rubio anunció recientemente el cierre de la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID), argumentando que no garantizaba que sus programas sirvieran los intereses nacionales.
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Según Rubio, a partir del 1 de julio, toda asistencia exterior será administrada directamente por el Departamento de Estado bajo criterios más estrictos de responsabilidad, estrategia y alineación con las prioridades de la administración.
»El tiempo de la ineficiencia avalada por el gobierno ha terminado. Bajo la administración Trump, vamos a tener finalmente una política de financiamiento exterior que prioriza los intereses de Estados Unidos», declaró Rubio.