A medida que la investigación avanza y se van conociendo más detalles escabrosos del accionar de Matías Jurado, señalado como un presunto asesino serial en Jujuy, la Justicia comienza a achicar el abanico de posibilidades para terminar de entender la mentalidad del acusado.
Porque lo concluyente de los primeros avances buscando un móvil, que de alguna manera «justifique» el accionar del detenido investigado por la desaparición de al menos cinco hombres, es que Jurado no fue motivado por cuestiones económicas, ni por trata de personas, ni por tráfico o extracción de órganos.
Esta definición fue dada por el mismo fiscal Regional Guillermo Beller, quien manifestó ante nuestro medio que todavía no «terminan de comprender» la motivación que tuvo Jurado para cometer las atrocidades que se especulan hizo.
«El móvil no lo tenemos aún. Es muy difícil, ya que no tenemos que haya sido un móvil económico. No tenemos que ante la desaparición de personas haya sido para trata o por tema de órganos. Están descartadas todas esas hipótesis. Entonces, es un gran interrogante eso, ¿cuál puede haber sido el móvil de esta persona para salir a buscar, captar hombres en estado de vulnerabilidad, llevarlos a su casa y hacer esto que entendemos que hizo», dijo el representante del Ministerio Público de la Acusación.
image
Las características violentas de Jurado, además se vieron reflejadas en el terror que su sobrino -que brindó un testimonio clave para comenzar a esclarecer la situación- le tenía, ya que vivía en un contexto de vulnerabilidad, bajo amenazas y con mucho miedo.
«Estaba muy asustado», remarcaron fuentes ligadas a la investigación, que dijeron que el adolescente de 16 años recién ahora que su tío esta apresado, se animó a hablar, llegando a contar las «cosas malas» que pasaban en el domicilio que tenía que abandonar cada vez que su pariente llegaba con algunos hombres, que habrían terminado asesinados, descuartizados, quemados y otros restos por las inmediaciones de su vivienda.
Una sola vez, el joven se animó a contar lo que sabía pasaba en su lugar de residencia y se lo dijo a su primo, quien también fue entrevistado por el personal de la Justicia, el cual terminó confirmando los dichos por el adolescente.
Todo esto, sin lugar a dudas, deja al descubierto la personalidad perversa del imputado.