Y finalmente llegó el día. Este miércoles 13 a las 9.30 de la mañana se cumplió el plazo para que Cristina Kirchner y los demás condenados en la Causa Vialidad paguen los 530 millones de dólares que, por decisión de la Justicia, deben devolverle a las arcas del Estado para compensar el latrocinio del que se los acusa. Como eso no ocurrió, más allá de un pataleo leguleyo de último minuto de la ex presidenta, ahora los investigadores empezarán a liquidar los bienes embargados de CFK y los otros acusados para hacerse de ese dinero. Será un proceso lento y a la vez pornográfico porque, a pesar de sus demoras, echará luz sobre su patrimonio real y no solo declarado.
Hay un dato que los investigadores del caso consideran clave: lo que Cristina declara en su última rendición de cuentas, 249 millones de pesos, es apenas la punta del iceberg. Están convencidos de que la verdadera fortuna de la ex presidenta está “camuflada” en las declaraciones juradas de sus hijos, Máximo y Florencia, y es por eso que los inmbuebles heredados, por ejemplo, también figuran en la larquísima lista de bienes a rematar. Los investigadores creen que la herencia en vida que Cristina realizó en marzo de 2016 -¡a solo tres meses de volver al llano!- es una “maniobra fraudulenta” para encubrir esas propiedades ante la Justicia. Por la época de la transferencia a sus hijos, justamente, el fallecido juez federal Claudio Bonadio empezó a investigar a CFK en una de las múltiples causas que le abrieron.
La ecuación es simple. Lo que declara Máximo Kirchner en su última rendición de cuentas presentada ante la Oficina Anticorrupción está muy por encima del número que acusa su madre: 8.311 millones de pesos de él contra los 249 millones de mamá. Florencia, que no está en política, por esa razón no se ve obligada a presentar su delaración ante la OA. Aunque en base a lo que declara su hermano, que es dueño del 50 por ciento de lo heredado, los investigadores también pueden saber lo que tiene ella, la otra mitad. O más simple: pueden exigir que se levante el secreto fiscal que rige para las rendiciones de cuentas presentadas ante la ex AFIP, hoy ARCA.
Con la delaración de Máximo K en la mano se puede realizar el siguiente cálculo: el patrimonio propio que consigna el hijo de la ex presidenta no llega a los 1.000 millones de pesos, sobre un total, reiteramos, de 8.300 millones. El resto es heredado. Si se le suman a esos números la otra mitad que le corresponde a su hermana, la cifra de la fortuna que CFK esconde en las declaraciones de sus hijos sobrepasa los 14 mil millones de pesos. Lejos, muy lejos, de los 249 millones que declara.
Los investigadores judiciales conocen esos datos. Y está haciendo la misma cuenta.