Hermanas Zavaleta. Emilia y Sonia, las hijas de la trilliza María Emilia, revelan cómo la música y la literatura atraviesan sus vidas

Creativas, talentosas y cada una con su estilo, Emilia (42) y Sonia (35) Zavaleta se animan a ir detrás de sus sueños, aunque genere vértigo, cueste, duela, o todo eso a la vez. La mayor y la menor de los tres hijos que tuvieron la trilliza María Emilia y el polista Clemente Zavaleta viven un año de desafíos tanto personales como profesionales con una certeza que las vuelve una dupla poderosa: se tienen, de manera incondicional, la una a la otra.

Con cuatro meses de embarazo (aún no sabe el sexo) y un hijo, Enero, de casi 2 años, Sonia cuenta que visita todos los días a Emilia y que su hijo adora jugar con sus primos mayores, Belisario (14), Carlota (11) y Augusta (7)Foto: Matías Salgado

Licenciada en Relaciones Internacionales, con una maestría en Integración Latinoamericana y madre de tres hijos (Belisario, Carlota y Augusta), Mili sigue firme con Mulanas, un universo de relatos de mujeres que marcaron la historia latinoamericana, que creó hace cinco años después de dejar atrás más de una década de trabajo en Cancillería, y al que le va sumando aristas: una sociedad literaria, talleres, charlas en los colegios y un flamante newsletter en el que se revela como una escritora sensible y profunda. Además, está terminando su primera novela, que lanzará en marzo con editorial Planeta. “Soy muy curiosa, todo me llama la atención, entonces, me permito ir mutando”, arranca Mili, mientras sirve té. Y sigue: “Lo que tiene que ver con la cultura es bastante a pulmón. Hace poco llegué a pensar: ‘Dejo todo, no es rentable’. Entré en una crisis a la que se le sumó mi divorcio. Pero esto es lo que me apasiona, me llena. Entonces me fui unos días al sur con mis hijos y decidí empezar a escribir el newsletter, una forma de sacar un poco las estructuras en lo que yo hacía y mostrar a esa Emilia que por ahí estaba muy encasillada, pues yo misma me ponía en ese lugar, por ahí queriendo agradar”.

“Soy muy curiosa, todo me llama la atención, entonces, me permito ir mutando», cuenta Emilia, creadora de Mulanas, un universo de relatos de mujeres que marcaron la historia latinoamericana e incluye una sociedad literaria, talleres, charlas en los colegios y un flamante newsletter Foto: Matías Salgado

Sonia, que es conocida por su trabajo como cantante y actriz, atraviesa el cuarto mes de su segundo embarazo (ya es mamá de Enero, de casi dos años) mientras palpita el lanzamiento de su primer disco. “Estoy full maternidad y con mucha ilusión con Mambos y llantos, que llega después de años de sacar singles, lo hice de manera independiente y es parte de Sonia Z, mi proyecto musical”, adelanta. “También tengo un emprendimiento de cosmética natural, Al Bosque. Una amiga, Candelaria Lussich, empezó con este proyecto hace siete u ocho años y el año pasado me ofreció sumarme. Yo siempre usé cremas gracias a mamá. Pero a partir de mi primer embarazo empecé a ser más consciente de lo que me ponía en la piel. Dicen que lo que te ponés en la cara deberías poder comerlo porque es alimento para la piel. Hacemos cosmética natural, orgánica, certificada, con materias primas nobles, que no pasan por ningún proceso de agroquímicos”, revela.

Una imagen de la hermandad. Mili (que sumó a su equipo una rastra que era de su bisabuela María Isabel Pueyrredón de Zavaleta) y Choni,como se dicen cariñosamente, aseguran que nunca tuvieron tanta conexión como ahoraFoto: Matías Salgado

–¿Qué hacés específicamente?

–El marketing y la comunicación, algo que estudié en pandemia porque el mundo del artista tampoco es rentable. Hago equilibrio entre esa energía popstar, empresaria y maternal. Lo estoy logrando, no soy tan exigente como Mili. A la mañana hago home office, las tardes son para Enero y, aunque tenemos un local en Saavedra, está organizado para que yo no tenga necesariamente que ir. También estoy produciéndoles unas canciones a las Trilli. Las empujo a hacer cosas: son un ícono que no tiene que perderse. La semana que viene vamos a grabar y me produce mucha emoción. Estoy ayudándolas en todos sus proyectos.

«Somos muy diferentes, pero nos complementamos», afirman Foto: Matías Salgado

–¿Cómo es estar en ese lugar?

–Muy lindo. Mamá siempre dice que ella, en lo artístico, tuvo suerte. Es real, pero además tuvo talento para respaldarla. Les insisto para que se autogestionen, que hagan sin esperar a que las llamen, que saquen su perfume (que es algo que hicieron), que hagan su música, que toquen puertas. Están vigentes bajo el ojo público y con sus redes, pero hay que estar presente con proyectos concretos. [Piensa]. Somos todos versátiles. Mi marido [Isidro Escalante] es cineasta y psicólogo. Creo que el contexto mundial y del país exige que seamos más de una cosa.

EL JUEGO DE LAS DIFERENCIAS

–Las veo muy cómplices. ¿Siempre fue así?

Mili: Nos llevamos siete años, así que en mi adolescencia Sonia era chiquita. Pero mientras estaba en la facultad hice un intercambio y me visitó en París y ahí reconectamos, crecés y se achican esas distancias. Creo que nunca tuvimos tanta conexión como ahora.

Sonia: Me mudé hace poco cerca de su casa, así que vengo todos los días y a Enero le encanta estar con sus primos, que lo adoran. Es muy fuerte el vínculo que tenemos. Cuando Mili colapsa, yo le digo que va a estar todo bien, que el universo conspira a favor.

Mili: Me encanta la astrología, lo energético, la cosa mística. Sonia es más realista. Ella es aire y fuego y yo soy agua y tierra, por lo que entre las dos completamos los cuatro elementos. Estoy en una transformación personal de empezar a abrirme, con todo lo que eso implica, mostrando mis sombras, mis miedos. Y ella está atravesando la transformación poderosa que viene con la maternidad. Sonia siempre fue mucho más expresiva que yo, nunca tuvo problema en llorar y contar lo que sea, en cambio yo siempre fui de guardarme todo y de pronto empecé a dejar fluir las emociones y ella me tranquiliza diciéndome que es normal.

Una pausa en la producción para cantar a dúo con sus guitarras. La música es una pasión familiar, cuentan Foto: Matías Salgado

Sonia: Yo arranqué antes que Emilia con todo lo artístico y creativo autogestionado. Entonces, tengo muchos más años en mi mochila de saber lo difícil que es posicionarte. Aprendí que hay que disfrutar el proceso, aunque muchas veces es frustrante. Yo tenía una profesora de teatro, Silvina Sabater, que decía que la vida y el proceso artístico son un electrocardiograma: si es lineal estás muerto. A veces una misma no se da el reconocimiento que merece, entonces necesitás el respirador artificial de tu hermana diciéndote: “Che, está buenísimo lo que estás haciendo. Ordená tus emociones”. Pero sin mentirnos.

–¿Cómo fue tener padres que se destacaban tanto en lo que hacían?

Sonia: Tengo un recuerdo divino de la infancia. Mamá era muy famosa, pero viajábamos mucho por el polo de papá, y cuando viajábamos coincidíamos con algún tío, primos, amigos de la familia, hijos de los otros polistas, eso era lo que nos rodeaba. Justo el otro día le agradecí a mamá que siempre nos mantuvieron a tierra. Fueron modestos y humildes y nos marcaban que todo se consigue con laburo y esfuerzo. Igual, siento que a los tres hermanos nos pesa de alguna manera que ellos lograron un montón de cosas. Mamá a los 17 estaba cantando en el Madison Square Garden, entonces mi vara personal, aunque nadie me exija, es bien alta.

Mili: La exigencia es verdad que la tuvimos, pero en el buen sentido. Vos elegiste una carrera similar a mamá y nuestro hermano, Clemente, eligió la de papá. Yo quería diferenciarme, pero a la vez no tanto porque me gusta viajar por mi laburo, como papá, y me gusta la parte artística, como mamá. Hoy acepto que no tiene que ser una cosa o la otra.

Sonia le está produciendo nuevas canciones a las Trillizas de Oro. «Las empujo a hacer cosas: son un ícono que no tiene que perderse», dice sobre su mamá, María Emilia, y sus tías, María Laura y María Eugenia Foto: Matías Salgado

–¿Les pesaba la fama de su mamá?

Mili: No me molestaba que le pidieran un autógrafo, pero la parte de la exposición, donde teníamos que posar todos juntos, sí. En especial en mi adolescencia.

Sonia: A mí no me pesó. Es más, hoy les pongo a mi hijo las canciones de Las Tres Marías. No saben cómo lloro cuando las escucho. Los coros del segundo disco los hicimos todos los primos. En uno había que hacer un solo y como yo era muy chica, no lo pude hacer, se lo dieron a Paulina y la odié. [Se ríe]. Es que siempre quise estar ahí, siempre me gustó en dónde estaba mamá. Me encantaba que ella disfrutara, ir al canal con ella, al teatro. Con mis primas Laurita y Pilu tenemos un podcast, que ahora está en pausa, que se llama “No todo lo que brilla es oro”. Y en el primer capítulo hablamos de cómo la gente nos compara, algo que siento que es inevitable porque siempre vamos en conjunto. Ahora somos grandes, pero de chicas no creo que ayudara.

Un momento lúdico de las hermanas, tomando una selfie de recuerdoFoto: Matías Salgado
Sonia también es socia en Al Bosque, una empresa de cosmética natural Foto: Matías Salgado

–Mucha gente las vio crecer…

Sonia: ¡Sí! Eso es lo que me dicen. El público de las Trilli es el más lindo y cariñoso del mundo. No dejan de sorprenderme.

Mili: Se alegran por todas nosotras. Lo sentimos especialmente cuando pasó lo de Clementito [tuvo un accidente jugando al polo que puso en riesgo su vida]. Fue increíble, es difícil devolver tanto amor.

–¿Qué es lo que más valora una de la otra?

Sonia: Su versatilidad: es Uber de sus hijos, cocina espectacular todos los días, escribe, da talleres, sale con amigas, más los miles de grupos de WhatsApp del colegio… ¡Y hace deporte!

«La gente nos dice que nos vieron crecer. El público de las Trilli es el más lindo y cariñoso del mundo», dice Sonia Foto: Matías Salgado

Mili: Yo destaco su valentía, la capacidad de expresar lo que quiere y lo que no. Estoy aprendiendo de Sonia, de su empuje, de su capacidad de materializar sus sueños, de ese fuego. ¡Hace de todo al mismo tiempo!

Sonia: Somos muy distintas, pero nos complementamos.

Producción: @puig_xime

Maquillaje y peinado: @joaquinamakeupartist

Agradecimientos: @matriarca, @marcelo.senra.75, @anushkaelliot, @valentina.karnoubi, @lunagarzonaccesorios, @carmensteffensargentina, @poloniajoyas, @companiadesombreros y @milabags

La tapa de revista ¡Hola! de esta semana.foto: Joe Schildhorn (BFA)

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