Consultado al respecto Alberto Nallar fue contundente. Recordó que en 2018, el entonces gobernador Gerardo Morales —a través de su hijo— firmó un contrato con el empresario estadounidense Bradley, de la firma Players Networks, comprometiendo 10.000 hectáreas de la finca El Pongo por 90 años para el cultivo de cannabis. El contrato, redactado en inglés, otorgaba el 95% de las ganancias por productos elaborados y el 70% de las utilidades por el cogollo a la empresa privada.
“Un negocio ruinoso para la provincia”, resumió Nayar, quien además denunció que Cannava ha recibido millonarias transferencias sin presentar balances ni rendir cuentas sobre las cosechas realizadas desde 2019. “Estamos hablando de siete cosechas. ¿Dónde está el producido? ¿Dónde fue la plata?”, cuestionó.
Embed – SOBREMESA 14-10-25Dr. Alberto Nallar
Marihuana medicinal: ¿negocio o pretexto?
Para Nallar, la excusa del «cannabis medicinal» es un “verso”. Explicó que el aceite de cannabis no puede considerarse un medicamento sin estudios científicos rigurosos que validen sus efectos y contraindicaciones. En ese sentido, citó la resolución de 2022 del Ministerio de Salud que clasificó estos productos como “vegetales de uso medicinal”, diferenciándolos de los medicamentos aprobados formalmente.
Además, apuntó contra la estrategia del gobierno de Morales para facilitar exportaciones sin controles aduaneros a través del aeropuerto internacional de Perico, que según él, funciona como canal para la salida de flores de cannabis al exterior sin regulación efectiva.
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Acusaciones políticas y falta de controles
Nallar también cuestionó duramente a los organismos de control de la provincia: la Auditoría General, ex Tribunal de Cuentas, y la Fiscalía de Estado . Señaló que este último no realiza auditorías en la finca El Pongo desde 2011. También apuntó contra la pasividad o complicidad de la Legislatura provincial: “Tenemos legisladores con fueros, asesores, herramientas para pedir informes… ¿y no producen nada?”.
Respecto a la posible venta de Cannava, el abogado especuló: “Tengo entendido que el hijito de Morales ya no está en la empresa. No sería raro que terminen vendiéndosela a él, desde Estados Unidos, encubierto”. Y advirtió: “No tiene sentido vender Cannava si no hay un mercado real para el aceite medicinal. El único negocio real es vender flores de marihuana al exterior”.
Consecuencias sociales: «Estamos produciendo veneno»
Más allá de los números, Nallar expresó su profunda preocupación por las consecuencias sociales del cultivo de marihuana. Relató el caso de una intoxicación en el Colegio del Salvador en 2022, donde varios adolescentes terminaron internados tras consumir brownies con cannabis.
“La marihuana es veneno para la sociedad. Su consumo adolescente lleva a caminos inciertos. Esto no es un negocio, es una fábrica de veneno montada con fondos públicos”, sentenció.
“La culpa no la tiene el chancho, sino quien le da de comer. La indiferencia nos hace cómplices”, dijo el abogado, haciendo un llamado a la acción y a exigir transparencia.