En las últimas horas, tres hechos concretos marcaron la agenda política:
Los micros que abarrotaron el acto de Milei, sus duras críticas hacia el periodismo y su inesperado acercamiento a China.
La primera imagen que llamó la atención fue la llegada masiva de micros al acto de Milei. Quien se sorprenda por esto, no ha comprendido del todo cómo La Libertad Avanza consiguió su victoria. Este movimiento no es el PRO ni el radicalismo; los micros representan un esfuerzo por captar a un votante que el antiperonismo tradicional nunca logró conquistar.
Un electorado que cambió de signo
Es crucial entender este fenómeno. Milei no ganó gracias al voto de la clase media antiperonista de la Capital Federal, como muchos suponen. Su victoria se cimentó en provincias tradicionalmente peronistas como Tucumán, Salta, La Rioja, San Juan, La Pampa y Santa Cruz, donde el PJ gobernó por décadas.
El apoyo masivo que recibió en la segunda vuelta no provino de las urbanas clases medias, sino de los sectores humildes, aquellos que históricamente se alineaban con el peronismo. Este cambio de lealtad política es un hecho ineludible. El nerviosismo en el kirchnerismo es palpable, ya que hace menos de un año, perdieron a los jóvenes y a los sectores más vulnerables, los que hoy respaldan a un nuevo movimiento.
Algunos de los seguidores de Milei, incluso, lo esperaban disfrazados de leones, en una clara referencia al estilo disruptivo que él mismo representa.
El ataque al periodismo como estrategia
Otro hecho relevante fue la retórica agresiva hacia los periodistas. Milei anima a sus seguidores a atacar verbalmente a lo que él llama “periodistas ensobrados” y “operadores”. Su convicción es que gran parte de la sociedad argentina ve al periodismo como parte de esa “casta” que ha contribuido a la decadencia del país.
El objetivo es claro: convertir a un sector del periodismo en un enemigo útil. La idea no es solo confrontar, sino reemplazar el liderazgo que Cristina Kirchner aún ejerce en gran parte del electorado.
Pragmatismo político con un giro hacia China
Milei se presenta como un liberal en lo económico, pero es pragmático en lo político. Tanto, que ahora busca estrechar lazos con China. El gobierno necesita reservas para poder desmantelar el cepo cambiario. Y Milei sabe que cuanto más rápido se libere el cepo, más inversiones llegarán al país, lo que a su vez generará empleo y reactivará la economía. Este proceso le daría mayores chances de ganar en las próximas elecciones.
Lo que estamos viendo es un híbrido: liberalismo económico con un enfoque peronista en lo político. Milei llena las calles, trae micros a sus actos, confronta al periodismo, y ahora, sorpresivamente, se acerca a China. Todo responde a una lógica: entiende que solo con estas tácticas podrá vencer al kirchnerismo en su propio terreno.
No se trata de abrazar el peronismo, sino de adaptarse a la realidad política y electoral.
Opiniones libres, hechos sagrados.