El plan oficial para evitar cortes de luz

El Gobierno nacional oficializó un conjunto de medidas para enfrentar los meses críticos de demanda de energía durante el período 2024-2026, con el fin de mitigar los cortes de suministro eléctrico. A través de la Resolución 294/2024, firmada por el secretario de Energía, Eduardo Rodríguez Chirillo, se especificaron las acciones necesarias para reducir al máximo el impacto en la economía y la vida cotidiana, extendiéndose incluso hasta 2027 si las condiciones lo requieren. Entre los puntos más críticos del plan, resaltan la dependencia de la importación de energía de países limítrofes  y la necesidad de cooperación de los grandes usuarios 

Tal como había circulado el gobierno hace unas semanas, Energía publicó este miércoles en el Boletín Oficial un plan para evitar tener un verano «complicado», tal como había definido Daniel González, el ex CEO de YPF durante la gestión de Mauricio Macri y coodinador de Energía y Minería de la Nación durante su primera aparición pública tras la designación.

«Lo estamos gestionando, desde que llegué tenemos un comité trabajando en medidas de mitigación para el verano, que van a ser medidas de mercado orientadas a remunerar al sector privado por hacer lo que tiene que hacer. Es un poco pronto para saber cuáles son las medidas, pero lo estamos gestionando», había adelantado en diálogo con el periodista José del Río en la charla que abrió la segunda parte del evento que conmemoraba el aniversario de la petrolera Shell.

 Con el objetivo de evitar apagones masivos como los que ocurren cada verano, el plan abarca medidas en los sectores de generación, transporte y distribución de energía, ya que se estima que la demanda podría alcanzar picos de 30.700 MW durante el verano, mientras que la capacidad de generación del sistema ronda los 29.000 MW, lo que genera un riesgo considerable de cortes en momentos de alta demanda. Entrará en vigencia desde diciembre de 2024 y podría extenderse hasta el verano de 2027.

Plan de contingencia

Entre las acciones más relevantes se dispuso:

*Importación de energía y potencia desde países limítrofes en las horas de mayor demanda, gestionado por CAMMESA (Compañía Administradora del Mercado Mayorista Eléctrico).

*Remuneración adicional y excepcional para las centrales térmicas, incentivando la disponibilidad de potencia durante los meses críticos. La remuneración será fija por potencia disponible y variable por generación.

*Gestión estratégica del despacho de energía, para reducir los riesgos de restricciones en el suministro durante los períodos de mayor consumo.

*En el sector del transporte, se implementaron mecanismos regulatorios para fomentar inversiones en la ampliación de la red de transporte. A su vez, las empresas distribuidoras deben presentar un Programa de Atención de Contingencias en un plazo de 15 días, para responder ante posibles interrupciones en sus áreas de concesión.

*Otra medida para enfrentar esta situación es la gestión de la demanda de los Grandes Usuarios Mayores (GUMAS), como industrias y comercios que consumen más de 10 MW. El esquema es voluntario, programado y remunerado, permitiendo que los grandes usuarios reciban incentivos económicos a cambio de reducir su consumo en momentos clave.

Para asegurar la correcta implementación de estas medidas, se creó un Comité de Seguimiento encargado de monitorear las acciones de forma continua. Este comité está conformado por representantes de la Subsecretaría de Energía Eléctrica, CAMMESA, el ENRE, generadores, transportistas, y grandes usuarios.

El gobierno también invitó a las provincias a implementar estas medidas en sus jurisdicciones, enfocándose en la distribución de energía para reducir el impacto de las restricciones en los servicios públicos.

Críticas

El plan enciende algunas alarmas. La principal es la dependencia de importación de energía por parte de países vecinos. Esto refleja una falta de capacidad interna suficiente para satisfacer las necesidades energéticas del país durante los picos de consumo, lo que puede generar  costos y vulnerabilidad si los países vecinos no pueden suministrar energía en momentos críticos.

Además, la gestión de la demanda para los grandes usuarios también es clave, ya que se les ofrece incentivos para reducir su consumo en horarios pico, lo que implica que sin la colaboración de estas industrias y comercios, la estabilidad del sistema eléctrico podría verse comprometida.

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