Cada octubre, desde hace cuatro años, el nombre de Abigail Riquel resuena intensamente por las calles de Tucumán. La pequeña salió de casa un sábado para jugar en casa de una amiga y nunca regresó. En el camino, un vecino recién liberado de prisión la atacó brutalmente: la violó, intentó asfixiarla y finalmente la golpeó hasta acabar con su vida.
El perpetrador, José “Culón” Guaymás, huyó tras el crimen, cambiando de escondite rápidamente para eludir la justicia. Sin embargo, el testimonio crucial de un vecino que los vio juntos antes de la tragedia desató una cacería desesperada.
Una multitud enfurecida buscó al sospechoso durante tres días y lo encontró antes que la policía. Lo sometieron a linchamiento, golpeándolo salvajemente mientras él insistía en su inocencia, culpando a un supuesto primo por el crimen de la niña de nueve años. Cuando las autoridades llegaron, solo pudieron rescatar su cuerpo. La autopsia reveló que Guaymás murió por las graves lesiones internas causadas por los golpes.
“Aún siento que no hubo justicia por mi hija. La justicia debió hacerse por mano propia”, dijo Sofía, la madre de Abigail, en una emotiva entrevista con TN. A cuatro años del doloroso suceso, el amargo sentimiento persiste, junto con los recuerdos de la sonrisa de Abigail y la gruta erigida en el lugar donde encontraron su cuerpo. Sin embargo, un proyecto privado en la zona amenaza con borrar para siempre este tributo a la víctima.
“Este lugar es sagrado para nosotros”, afirmó Sofía. “Queremos que permanezca como un refugio de paz para todos los que quieran visitarlo y sentirse cerca de ella”. La comunidad local mantiene vivo este sitio, encendiendo velas y manteniendo viva la memoria de Abigail.
Claudia Escudero, vecina de la familia de la víctima, también recuerda a Abigail con cariño. Sus hijos eran compañeros de clase de la niña y estuvo presente en el desgarrador descubrimiento de su cuerpo. “Cada año, en esta fecha, la recordamos en nuestras conversaciones familiares. Su pérdida marcó profundamente al barrio y a la sociedad”, compartió con este medio.
El femicidio de Abigail conmocionó a la provincia el sábado 18 de octubre de 2020. Bajo un sol abrasador, Abigail pidió permiso para jugar con su amiga, pero nunca llegó a encontrarse con ella. “Recuerdo el calor de ese día y cómo la noticia se propagó por los grupos de WhatsApp”, dijo Claudia, su vecina.
Cuando su familia denunció su desaparición, la respuesta inicial de la policía fue desalentadora: no había suficientes recursos para buscarla. “Entonces, el barrio se unió para encontrarla”, recordó Claudia con emoción.
“Pensábamos que la encontraríamos con vida. Nunca imaginamos el desenlace de esta búsqueda”, lamentó. Sin embargo, la esperanza se desvaneció bruscamente la tarde del domingo, cuando encontraron su cuerpo sin vida detrás de unos montículos de tierra en un descampado del norte de la ciudad.
“La escena era desgarradora: la desesperación, los gritos, la imagen de sus padres…”, recordó un testigo a TN. “Es algo que no se olvida”.
En las siguientes horas, los forenses confirmaron el horror inicial: Abigail había muerto por un fuerte golpe en la cabeza, junto con signos de abuso sexual y asfixia.
El testimonio de un vecino que vio a Abigail con Guaymás antes del crimen llevó a la comunidad a un estado de furia. Guaymás, conocido por sus antecedentes, había sido liberado recientemente después de cumplir condena por robo. “En la última década, acumuló al menos diez procesos judiciales”, reveló el abogado de la familia, José María Molina.
Durante 72 horas, la consternación se transformó en ira y luego en una cacería humana organizada por los vecinos. Juan, uno de los buscadores, finalmente encontró a Guaymás escondido entre los cañaverales. “Estaba cerca del arroyo”, recordó Juan, describiendo el momento en que los vecinos lo rodearon. “Guaymás insistía en que era inocente, pero nadie le creyó”.
La situación se intensificó cuando otro vecino exigió a Guaymás que mostrara su torso. Los cortes y un tatuaje en su hombro confirmaron sus sospechas. El linchamiento fue brutal: Guaymás fue golpeado, desnudado y finalmente, asesinado.
“El informe forense indicó que Guaymás murió a causa de las múltiples fracturas y lesiones internas”, explicó el fiscal Ignacio López Bustos. Mientras tanto, durante los tres días que estuvo prófugo, se descubrió que había recibido ayuda en varios escondites, donde se encontraron prendas y alimentos.
La verificación del ADN confirmó la identidad de Guaymás como el agresor de Abigail, pero su muerte impidió el avance de la causa. “La acción penal se extingue por la muerte del imputado”, lamentó Molina. “La familia buscaba que la ley se aplicara con todo su peso sobre este individuo, pero su destino ya estaba sellado”.
“Fue un caso emblemático para la provincia”, concluyó Molina. “Una tragedia dolorosa que dejó una marca imborrable en la familia de Abigail y en toda la comunidad”.
“Abigail siempre fue nuestro ángel”, dijo Pablo, el padre de la niña, con voz quebrada. Junto a Sofía, su esposa, y Pamela, su hija mayor, recordaron a Abigail con amor. “Era una niña feliz, siempre sonriente. Así queremos recordarla, no por la forma en que la encontramos”, añadió Sofía.
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