La humilde selección africana que nunca jugó un mundial, derrotó a Camerún y sueña con estar en 2026

Es uno de los países más pequeños del mundo. Se trata, apenas, de un archipiélago compuesto por diez islas volcánicas frente a las costas de África occidental. Con 520.000 habitantes, tiene menos población que Quilmes (630.000) y hay más ciudadanos fuera del país que dentro (el doble, para ser exactos), ya que más de un millón ha emigrado buscando mejores oportunidades, a destinos como Estados Unidos y Portugal. Sin industrias, con escasa agricultura y con escasez también de combustible, ocupa el puesto 128° del ranking mundial en calidad de vida (Argentina está 41°, así que imaginemos…). Sin embargo, por estas horas, la vida les sonríe a sus habitantes: Cabo Verde, un destino turístico famoso por sus 350 días de sol y sus playas de mar turquesa, inmejorables para la observación de tiburones, la anidación de tortugas marinas y la práctica de deportes acuáticos, está a un paso de hacer historia y meterse en su primer Mundial. Sí, Cabo Verde.

Cabo Verde, de menos habitante que Quilmes, sueña con el Mundial 2026

El martes, en un partido histórico jugado en Praia, su capital, en un Estadio Nacional repleto por 15 mil espectadores (la misma cantidad de gente que entra en el Movistar Arena de Villa Crespo), el seleccionado de Pedro Leitão Brito, conocido como Bubista, un ex defensor caboverdiano que en los años 90 jugó dos partidos con el Badajoz en la Segunda de España y que pasó por el Estoril de Portugal, venció al Camerún de André Onana, de Bryan Mbeumo (comprado en este mercado por el United en unos 80 millones de euros) y de André-Frank Zambo Anguissa, delantero del Napoli.

Cabo Verde, el seleccionado que sueña con el Mundial.

Fue 1-0 gracias a un corrida memorable de Dailon Livramento, un delantero del Casa Pia de Portugal, que pasó por el MVV Maastricht de Países Bajos y por el Hellas Verona y que vale 800 mil euros, según Transfermarkt. Cuando el árbitro marcó el fin del partido, los hinchas invadieron el campo para celebrar.

“Diez islas, una nación, un sueño”, repite la Federación local en cada posteo en sus redes. Es que Cabo Verde quedó a las puertas de la historia: clasificar a su primer Mundial. Con dos fechas por jugar, depende de sí mismo: Los Tiburones, como los llaman, lideran el Grupo D, con 19 puntos, cuatro por encima de los cameruneses y, en la próxima Fecha FIFA de octubre, enfrentarán a Libia y Esuatini. Con apenas un triunfo lograrán el pasaje al Mundial.

De lograrlo, Cabo Verde sería el tercer debutante clasificado, junto a Jordania y Uzbekistán, pero, además, pasaría a ser el segundo país más pequeño, según número de habitantes (520.000), que ha participado en un Mundial: solo Islandia, que jugó en Rusia 2018, tiene menos (350.000).

De ser ignorados por las estrellas a batir gigantes

“Esta victoria es para todos los caboverdianos. Hasta los que viven en el extranjero vieron este partido. Lo que tratamos de hacer es alegrar a la gente”, dijo su entrenador. Algo increíble es que Cabo Verde, independizado de Portugal en 1975, recién disputó sus primeras Eliminatorias mundialistas en 2002 para Corea/Japón. “Cuando era jugador, nos sentíamos pequeños, pero hemos demostrado que podemos enfrentar a cualquier equipo, incluso a aquellos que tienen mejores condiciones”, marcó su DT.

Cabo Verde, el seleccionado que sueña con el Mundial.

Un cambio fundamental para este presente fue la iniciativa de captación de jugadores nacidos principalmente en Portugal, pero con ascendencia caboverdiana. Históricamente, este país perdía talentos que elegían jugar en otras selecciones: Rolando, defensor que disputó el Mundial 2010 para Portugal, nació en Cabo Verde. El sueco Henrik Larsson, aquel que jugó en el Barsa y logró el histórico tercer puesto con los suecos en el Mundial de EE.UU. 94, pudo jugar en este seleccionado ya que su padre es de origen caboverdiano. El mismo caso para Nani, el histórico delantero portugués que jugó en el United, y que Patrick Vieira, de madre caboverdiana, que fue un crack, campeón del mundo con Francia en 1998 y que la rompió en el mediocampo del Arsenal, Inter y el City. Hoy, este país al que le sacaban jugadores es el que capta de otras naciones: Livramento, autor del gol a Camerún, nació en Rotterdam, Países Bajos; el defensor Roberto Lopes, en Dublín, Irlanda; el volante Telmo Arcanjo, en Lisboa, Portugal…

Además, una curiosidad es que este increíble seleccionado tiene a un solo futbolista en una de las grandes ligas de Europa:el francés Logan Costa, defensor del Villarreal. Después, la mayoría juega en equipos de segunda o tercera línea de Portugal. Yhay en Turquía, Rusia, Bulgaria, Hungria, Irlanda, Arabia y la MLS… Así, con sus armas, este pequeño archipiélago está a un pasito de hacer historia. Historia enorme..

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