Marruecos ya no es sorpresa

Cuando Niger se quedó con un jugador menos por la expulsión de Goumey Diori a los 25 minutos de juego, con el partido 0 a 0, la pregunta era cómo haría para resistir el vendaval de Marruecos.

Sólo tres minutos después, el local metió el primero. Con el triunfo por la mínima diferencia le alcanzaba para sacar el boleto a la Copa del Mundo del año próximo, pero los dirigidos por Walid Regragui no especularon con eso. Para desgracia de Niger, no levantaron el pie del acelerador hasta llegar al 5 a 0, un resultado que pudo haber sido aún más amplio a juzgar por las situaciones de gol creadas (13 remates al arco en los 90 minutos).

Con la seguridad de Bounou en el arco, la jerarquía de Hakimi en el lateral derecho, la solidez de la zaga Aguerd-Massina y la imponente presencia de Amrabat en el círculo central, está claro que este Marruecos se arma de atrás hacia adelante.

Achraf Hakimi, jerarquía en el lateral derecho. EFE/EPA/JALAL MORCHIDI

Justamente, esa fortaleza defensiva es lo que le da agresividad en ataque. El equipo se para siempre en campo rival en la salida. Pressing alto y a recuperarla para jugar. Si se puede ser vertical, mejor. Si no, intenta asegurar la tenencia de la pelota.

No es casualidad que en los seis partidos de estas Eliminatorias (líder del grupo E con puntaje ideal), haya recibido apenas dos goles. Cuando la pierde hay un trabajo de presión colectiva con el objetivo de impedir las contras. Amrabat, lo dicho, se agranda y se convierte en el abanderado en esa faceta del juego. Y si no se puede recuperar rápido, va al plan B: cortar con falta.

El 4-3-3 es flexible porque los extremos no están estacionados sobre las bandas sino que buscan cerrarse para dejar los costados libres y que esos espacios sean aprovechados por los laterales. Tanto Hakimi como Balammari son profundos por afuera.

La fantasía, el talento diferencial, lo aporta Brahim Díaz. El mediapunta del Real Madrid, que pelea un puesto con Franco Mastantuono, juega con la 10 y se hace cargo desde la banda derecha del ataque. Aunque también goza de libertad de movimientos en tres cuartos.

El mapa de calor de Brahim Díaz.

Quizás, a este Marruecos le falta mayor creatividad en la zona de gestación (Ounahi, esta vez suplente aunque luego ingresó, es un distinto que debería ser indiscutido) y algo de jerarquía en el área. El Kaabi, con cuatro goles en cuatro partidos de estas Eliminatorias, tiene 32 años y juega en el Olympiacos de Grecia. La realidad es que el equipo carece de nivel de élite en la zona ofensiva.

Pero eso no implica no soñar. La ilusión está en repetir y, si ea posible, mejorar lo hecho en Qatar. Es decir, hacer podio en el 2026. Y en el medio, intentar ser campeón de la Copa África 2025, que se jugará a fin de año justamente en Marruecos.

Equipo con rodaje, fuerte atrás y ambicioso adelante, buena mezcla de experiencia y juventud… Esta vez, si llega lejos en el Mundial, no va a ser sorpresa.

La goleada de Marruecos a Niger

marruecos –  

El resumen de Marruecos 5 – Niger 0 por las Eliminatorias africanas para el Mundial 2026

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